Jadeando en busca de aire para lograr tranquilizar mi cuerpo de las sensaciones anteriores, sentí como Emerson me penetraba fuertemente de una sola y certera estocada. Gemí fuertemente y puse los ojos en blanco, mi cuerpo estaba muy sensible del asalto anterior, y por eso las sensaciones las disfrutaba el doble.
—Tan mojada y estrecha… —dijo Emerson entre estocada y estocada.
En la habitación solo se escuchaban nuestros gemidos, las maldiciones de Emerson y el choque de nuestras caderas al encontrarse. Me tomó fuertemente de las caderas y comenzó a penetrarme más rápidamente.
En mi débil cuerpo se comenzaba a formar nuevamente el nudo en mi bajo vientre. No me faltaba mucho para volver a llegar. Tomé en mis puños la sábana y cerré fuertemente los ojos.
—Más… rápido… Emerson… —pedí entre gemidos—. No aguanto…
¡E-Date!
—Eso es nena… déjate ir… dámelo… —pidió entrando y saliendo de mi como un loco.
Las sensaciones en mi cuerpo cada vez eran más intensas y sin poder prolongar más e