—¡¿Cómo puedes decirme eso?! —golpeé su pecho—. Quiere decir que todo este tiempo me han visto la cara de idiota, jugaron con mis sentimientos. Lloré a Andrés como no tienes idea, y ahora me dices que no solamente está vivo, sino que también pertenece a la mafia.
Caí de rodillas. Luke me tomó de las manos y me levantó.
—Si te cuento todo esto no es para que te sientas mal, al contrario, sé fuerte y valiente como cuando te estaba conociendo, Amanda. —Intenta acariciar mi mejilla, pero le aparto la cara. No se me olvida que tiene un hijo con otra mujer.
—Como sea, tú y Andrés me las van a pagar —trato de mantener la calma. Solo quiero salir y ver cómo están mis amigos, no quiero que por mi culpa les pase algo.
—Puedes hacer lo que quieras con nosotros, pero por hoy te quedas acá y no saldrás. Me lo vas a agradecer. —Me di la vuelta y me dirigí a la cocina en busca de algo. Mi estómago rugía y, en parte, Luke tenía razón. No puedo dejar que mi bebé muera de hambre por mi orgullo.
Me sorp