ÁRNYÉK:
Sirius sale apresurado y desaparece para aparecer en el castillo, en mi habitación. Me coloca en la cama, preocupado, sin dejar de observarme.
—¿Qué tiene, señor? ¿Qué siente? ¿Por qué se estremece así? —pregunta, sin saber qué hacer. Yo nunca me enfermo. —Sirius, anoche vi a Sol desnuda y creo que estoy en celo —logro contarle al fin. —¿¿En celo?? —casi grita—. ¡¿Cómo se le ocurrió hacer eso, señor?! Sirius me observa con una mezcla de desconcierto y reproche, pero también con una preocupación genuina que resulta evidente en su expresión. Da un paso atrás, como si necesitara espacio para asimilar lo que acaba de escuchar. —No es algo que yo haya planeado —respondo, tratando de calmar su reacci&oacu