3. EL RESCATE
SOL: Todavía no puedo creer lo que mis padres me hacen. Se mantuvieron siempre a mi lado jugando, o enseñándome cosas, porque debido a mi enfermedad que nos hacía viajar siempre, no he ido a la escuela, ni tengo amigos. Solo ellos existen en mi vida, y aunque no niego haber extrañado lo que otros jóvenes han tenido, al menos los tengo a ellos que me adoran. Me miré en el reflejo de la ventana, noté que la vista no era suficiente para verme correctamente. Era absurdo que en todo el cuarto no hubiera un espejo. Papá entró en ese preciso momento y se quedó serio, contemplándome.—Estás preciosa —dijo, como si las palabras le costaran trabajo. Montamos en un auto, que conduce mi padre personalmente. Mientras, mamá y yo, vamos en el asiento posterior, como si realmente fuéramos para una boda, me sonrío ante la analogía que creo en mi mente. Mis padres realmente consideran que esta vez me curaré, por eso están tan felices, me digo y me regocijo también, pensando que al fin podré llevar
Leer más