Capítulo 133. No sabía que estabas casada
Cinthia movía la cabeza de un lado a otro, convencida de que ese chico sería la pareja ideal para Vero. Tras reflexionar sobre ello, miró a su amiga, quien no prestaba atención a nada más que a la comida en su plato. Y volvió a negar con la cabeza y desvió la mirada hacia Pablo, quien seguía hablando por teléfono. No sabía qué le decían del otro lado de la línea, pero escuchaba claramente sus palabras.
Y se sorprendió mucho al oírlo preguntar:
—Doctora, ¿en cuánto tiempo me podré recuperar?
Vero levantó la vista, un poco confundida. Pablo le hizo una seña, pero ella, sin haber seguido la conversación previa, no supo qué responder. Entonces, él cubrió el micrófono del teléfono con la mano, se inclinó y le susurró:
—Estoy hablando con el director de la clínica. Y le estoy diciendo a mi superior que estoy enfermo... para así poder llevarte a probar más comida y, lo mejor de todo, sin interrupciones.
Los ojos de Vero se iluminaron de emoción.
—¿Y qué tengo que decir? —preguntó entusiasmad