En ese momento, Fiona la miró con firmeza y dijo: Hablemos como dos mujeres adultas que somos. Dime directamente qué es lo que quieres saber de mí, porque, sinceramente, tengo la mente en blanco.

Sofía, al darle la oportunidad de preguntar sin rodeos, no dudó ni un segundo y con voz firme y sin ningún reparo, soltó su pregunta: ¿Desde cuándo estás casada con Felipe?

Fiona pareció no haberla escuchado bien. Ya que con expresión confusa, dijo: ¿Podrías repetir lo que acabas de decir? Creo que el accidente me afectó el oído, porque no te escuché muy bien.

Sofía repitió la pregunta, esta vez pronunciando cada palabra con énfasis. Ahora sí, Fiona la escuchó claramente, aunque aún se preguntaba si el accidente le había afectado la audición. Dado que aquella pregunta la hacía pensar que quizá estaba escuchando las cosas mal.

Ella miró a Sofía con cierta frustración en el rostro, cuando le dijo: Lo siento, Sofía... siento que no puedo entenderte bien. Es como si escuchara cosas que no tienen