Capítulo 153. Ella es mi esposa
Mariana, de inmediato, dijo:
—¡Yo!
Y Felipe, sin dudarlo, les dijo a todos:
—Ella es mi esposa.
Todos los que estaban en el salón quedaron asombrados por aquella noticia, pero no tuvieron mucho tiempo para reaccionar, ya que uno de los policías intervino:
—Queremos un salón más privado.
Felipe los condujo enseguida al estudio. Sofía, al ver que la estaban dejando por fuera, alzó la voz y dijo:
—¡Yo quiero ir! ¡Yo soy la madre del niño!
Los agentes de policía miraron a Felipe, como esperando su aprobación. Él asintió en silencio, con un gesto leve de su cabeza.
—Perdónenos, señor —dijo el jefe—, pero a partir de ahora su esposa quedará a cargo de hablar con esta gente.
Felipe, que siempre había sido tan protector con Mariana, no quería dejarla hablar con ese tipo de personas. Pero, al final, Mariana lo convenció… y tuvo que ceder.
Mariana, por su parte, no dejaba de pensar: si se suponía que en esa casa solo era una simple sirvienta, ¿cómo era posible que los secuestradores supieran su