Capítulo 143. Quería ser su amiga
Por otro lado, Verónica y Pablo se habían emborrachado la noche anterior y, en medio de la confusión y el deseo, terminaron teniendo relaciones sexuales.
A la mañana siguiente, Verónica se despertó con un sobresalto, al abrir los ojos y verse desnuda, un escalofrío recorrió su cuerpo. A su lado, Pablo dormía profundamente, con la serenidad de un niño.
—¡Pablo! —exclamó mientras lo sacudía con urgencia.
Él abrió los ojos de golpe, desorientado, con la mirada perdida entre el sueño y la realidad.
—¿Qué pasó? —preguntó, todavía aturdido.
Verónica, con la voz entrecortada y el rostro aún pálido por el impacto, lo señaló primero a él y luego a sí misma.
—Pasó... esto —murmuró, su mirada cargada de confusión y reproche—. ¿Por qué no lo detuviste?
Pablo, aún entre sueños y con sus ojos apenas adaptándose a la luz del día, miró a Verónica con expresión incrédula.
—¿No me digas que... anoche nosotros... lo hicimos? —preguntó, con la voz arrastrada y llena de desconcierto.
Antes de que pudiera