Capítulo 150. Una amenaza
Ya había pasado una semana y media desde que Felipe llevó a Mariana a la psicóloga, y los cambios en ella eran evidentes: se veía mucho mejor. Y para asegurarse de que el episodio del pájaro no le dejara ninguna secuela emocional, la psicóloga le recomendó a Felipe que hablara del tema con suavidad, de manera sutil, solo para observar su reacción.
Él siguió el consejo con cautela, introduciendo el asunto sin presionarla. Para su alivio, Mariana parecía haber dejado todo aquello en el pasado. No mostró incomodidad ni angustia, como si esa sombra que antes la atormentaba se hubiera disipado.
Felipe se sintió profundamente aliviado, ya que aún no había logrado encontrar a la persona detrás de aquel incidente, y temía que en cualquier momento alguien pudiera mencionarlo de nuevo. No quería que su esposa volviera a alterarse como lo había hecho la última vez.
Por otro lado, Mariana no se había estado sintiendo bien últimamente, y por eso les
había pedido a sus amigas que la acompañaran al