C47: Entre tú y yo no existe el espacio personal.
La noche parecía estancada, moviéndose a paso lento, envolviendo el bosque en una penumbra apacible, apenas interrumpida por el tenue resplandor de la luna colándose a través de las ventanas. Somali llevaba horas en la cama, pero el sueño se le escapaba con crueldad, dejándola atrapada en un insomnio inquieto. Se daba vuelta una y otra vez, buscando una postura cómoda, intentando ignorar el peso invisible que oprimía su pecho. No era miedo ni angustia, simplemente una sensación de desasosiego que no le permitía encontrar descanso.
Resignada, suspiró y se incorporó lentamente, apartando las mantas con suavidad. Su mirada vagó por la habitación hasta detenerse en la silueta inmóvil de Dorian. En su forma de lobo, el Alfa yacía sobre el tapete, en lo que su cuerpo grande y poderoso respiraba con una cadencia tranquila. Su pelaje dorado brillaba débilmente y la calidez que emanaba de él parecía casi tangible en la gélida atmósfera nocturna.
De pronto, un pensamiento fugaz cruzó por la men