El hermano de María estaba fuera de sí, no podía creer la obsesión de su hermana por ese inválido. Sin embargo, y muy a su pesar, cumplió con lo que ella le pidió y la llevó al hospital de Mikhail.
Para él, lo más importante en ese momento era que María y su sobrino recuperaran la salud sin complicar más su embarazo.
Ya llegaría el día en que Mikhail pagaría por todo el daño que le estaba causando a su hermana.
—Aquí estamos, María. Ya te he traído a este lugar. Solo espero que realmente sepas lo que haces y por qué lo haces—parloteó con los brazos cruzados, mirando cómo una enfermera la canalizaba.
María miraba a su alrededor, aún débil por la sangre perdida.
—Esta es una habitación sencilla. Espero que Mikhi me traslade a una VIP. Aunque este hospital sea de la inútil de Anna, él sigue siendo el director—comentó perdida en su burbuja.
Su hermano negó con la cabeza, moviéndola de un lado a otro, pero cuando María le hizo una señal para que se acercara y le susurró algo al oído, abr