El vestido negro se ajustaba a mi cuerpo como una segunda piel. Me miré al espejo una última vez, intentando convencerme de que podía sobrevivir a esta noche. El evento anual de Blackwell Enterprises era legendario por su opulencia y exclusividad, y yo asistiría como la "socia estratégica" de Nathaniel. Una etiqueta conveniente para una relación que ni yo misma entendía ya.
—Señorita Sophie, el señor Blackwell la espera en el vestíbulo —anunció Martha desde la puerta.
Respiré hondo, tomé mi clutch y bajé las escaleras de la mansión. Cada paso resonaba como una cuenta regresiva hacia algo inevitable.
Nathaniel estaba de espaldas, contemplando la ciudad a través del ventanal. Su traje negro, hecho a medida, resaltaba su figura imponente. Cuando se giró, su mirada me recorrió de pies a cabeza con una intensidad que me erizó la piel.
—Perfecta —murmuró, acercándose—. Aunque falta algo.
Sacó una caja de terciopelo de su bolsillo y la abrió. Un collar de diamantes y zafiros brillaba en su i