Narrador.

—Desde el inicio —levantó los hombros, restándole importancia.

—¿Cómo pudiste callarlo? ¡Es tu hija y dejaste que Clarisa arruinara su matrimonio! —Patricia la miró, pensando que si ella supiera que la que verdaderamente es su familia es Clarisa, entonces haría la pregunta desde otro ángulo. Porque a quien no debió dejar casarse con Miguel fue a Irina. Pero como para el mundo, ella es su hija, pues más importa mantener la mentira que aceptar la realidad.

—Porque siempre supe que Clarisa no significa más que entretenimiento para Miguel. En cambio, la tarada de tu hermana era su señora, y eso es lo que vale: el título, no cuál sea mejor en una cama —la agarró del brazo—. Recuérdalo siempre: los hombres son infieles por naturaleza. Únicamente debes ser inteligente y usar sus debilidades a tu favor. Como ahora. Debemos hacer que regrese tu prima para entretener a tu cuñado, y cuando haga que la loca de tu hermana vuelva… sacaré a Clarisa de aquí y listo.

(...)

Después de que Lis