CAPÍTULO 63. Enamorada del mozo.
Narrador.
Irina estaba soñando, y revivía ese día en que Miguel le estaba pegando. Pero, en medio del sueño, todo cambió. Vio a Miguel con una niña muy hermosa entre sus brazos. Era una bebé que apenas parecía tener unos dos meses… y él parecía querer hacerle daño. Ella, dentro del sueño, le suplicaba que no lo hiciera, llorando y diciéndole su nombre, intentando que reaccionara.
En cambio, Orlando distorsionaba todo, sopesando su propia idea sin detenerse a esperar que ella se despertara y tal vez le dijera la verdad. Porque él no creía en ella.
Se alejó rápidamente, yendo sin mirar atrás hacia la habitación de invitados que había hecho preparar para él. Pero, antes de entrar, fue interrumpido por Flor.
—Señor, ¿quiere que le suba algo para cenar? —preguntó.
Él no se giró a mirarla, porque sus ojos estaban rojos y ella notaría que había llorado. Así que, manteniéndose de espaldas, le respondió:
—No tengo hambre. Mejor tráigale a mi invitada algo de frutas para comer, en caso de que d