CAPÍTULO 54. El regreso del arrogante.
Narrador.
Mostrándose a la altura, Orlando saludaba a todos los presentes, aceptando las felicitaciones de cada uno de los clientes, sin dejar de mirar a Miguel e Irina con furia por destruirlo en ese momento. Sin embargo, sabía que debía mantener la calma. Tenía que mostrarse arrogante y soberbio, hacerles ver —tanto a ella como a él— que no lograban humillarlo, que siempre fue un juego para él… aunque sí sintió el desprecio de ella cuando lo golpearon y le dijeron aquellas palabras que ella le mandó a decir.
Luego de respirar profundo y beber todo el contenido de su copa, tomó a Liseth del brazo y se acercó a ellos, caminando con elegancia, luciendo a la mujer a su lado. Aunque la misma no sabía nada, estaba siendo parte de su juego, porque Orlando quería demostrarle a Irina que no fue tanto para él como ella llegó a pensar.
—Bienvenidos, señor y señora Martínez —dijo Orlando al llegar a ellos, mostrando una sonrisa ladina. Su mirada se detuvo en Irina, notando que se ve gris, delga