CAPÍTULO 53. Una fiesta, dos verdugos.
Media hora después, Miguel e Irina iban dentro de la camioneta rumbo al hotel cinco estrellas donde se llevaría a cabo la fiesta, y Miguel llevaba claro su propósito: acercarse a Fernando Millán para pedirle por favor que no quite su hacienda de la obra, porque si había un terreno en esa zona que realmente necesita ese canal, es el suyo.
Irina iba pensando en el desagradable momento que tuvo cuando Miguel prácticamente la quiso obligar a comer, y le daba gracias a Dios que él la piensa enferma del estómago —según él, por comer comida a la que su cuerpo no estaba acostumbrado—, así que le hizo saber que la llevaría a una clínica luego de la fiesta. Otro problema por el cual debía buscar con rapidez una salida para poder irse de su lado, porque si es verdad que está embarazada, no quiere que su hijo caiga en manos de ese monstruo, aunque hay la posibilidad de que sea suyo, porque estuvo con Orlando y con él en esos mismos días y no puede saber con exactitud de cuál de los dos es.
—Bienv