Capítulo 44. Escenas filtradas.
Amy Espinoza
Al día siguiente, el sonido del celular me sacó de golpe de un sueño demasiado corto. Primero pensé que era la alarma, pero no, era un zumbido continuo, incesante, que no se detenía, aunque lo pusiera boca abajo.
El aparato vibraba como si estuviera poseído.
Me revolví en la cama, molesta. Maximiliano me había aconsejado que lo apagara por las noches, pero yo nunca lo hacía. Era mi pequeña rebeldía, mi última conexión con el mundo que había dejado atrás.
Me giré y lo tomé con desgano. Apenas encendí la pantalla, sentí que la sangre se me congelaba.
Notificaciones. Cientos de notificaciones. Mensajes en WhatsApp, correos electrónicos, alertas de Twitter, incluso menciones en Instagram. El corazón me dio un vuelco tan fuerte que por un segundo creí que me iba a desmayar.
—¡Qué diablos! ¿Significa esto? —expresé en voz alta.
Deslicé el dedo y el golpe llegó de lleno.
Un titular, en letras enormes, apareció en mi pantalla:
“Amy Espinoza fracasa estrepitosamente en Argentum En