Capítulo 245. Salvando a Max.
Amy Espinoza
Me quedé sentada, con las manos enlazadas sobre mis piernas, tratando de respirar como si eso bastara para que el corazón se ordenara.
No funcionaba.
Adrián estaba de pie, moviéndose de un lado a otro frente a la sala de urgencias, como un león encerrado. Mía dormía, estaba recostada de su hombro entre dormida y despierta.
—Amy —me llamó Adrián en voz baja—. ¿Quieres agua?
Negué.
No quería agua. No quería sentarme. No quería pensar.
Solo quería saber si Maximiliano iba a salir bien de allí… o si tendría que volver a verlo en una cama, lleno de cables, sin poder abrir los ojos por varios días.
Me puse de pie otra vez. No soportaba la idea de quedarme quieta.
Caminé hacia el pasillo por donde habían llevado a Max minutos antes. Un guardia del hospital me detuvo.
—Señora, no puede pasar.
—No voy a entrar. Solo quiero… quedarme cerca.
El hombre dudó. Supongo que la cara se me notaba lo suficiente como para no discutir conmigo.
—Puede quedarse aquí, pero no más allá de la líne