Capítulo 224. Un nuevo atentado.
Adrián Soler.
Pandora dio un pequeño salto, como si el grito hubiera arrancado el aire de la habitación. Yo giré hacia ella un instante, todavía respirando como si hubiera corrido kilómetros. Ella tenía la mirada perdida, el labio inferior temblando.
El beso seguía allí, sobre la piel, sobre la boca… sobre los huesos. Y ahora la realidad entraba sin pedir permiso.
Me obligué a dar un paso atrás. Alejarme de su presencia. Enjaular todo lo que había sentido y enterrarlo donde nadie pudiera verlo.
—Quédate aquí —murmuré, aunque mi voz salió más áspera de lo que pretendía.
Pandora no respondió. Solo asintió con ese gesto leve que tienen las personas que están al borde de romperse.
Atravesé la sala en dos zancadas y salí al jardín. Me encontré a Alejandro en la entrada, empujando a un hombre al interior. Lo arrastraba de la camisa, mientras dos guardias lo sujetaban por los brazos. El tipo estaba golpeado, con el rostro lleno de tierra y la nariz rota.
—¿Quién demonios es? —pregunté.
Alej