—¿Por qué te quedas callada, hija? —El señor Cooper se preocupa, y es que Alice siente no poder hablar, siente un nudo en la garganta mientras solloza—. ¡Voy ya mismo a buscarte! —Al escuchar eso, Alice respira profundo, aparta el móvil de su rostro y luego lo regresa a su oído. Sonríe mientras seca sus lágrimas y dice:
—Padre, estoy superbien, no tienes de qué preocuparte, de verdad…
—Soy tu padre, Alice, y tú eres lo único que tu madre y yo tenemos.
—Damián es un buen esposo, prometo irte a visitar pronto. Lamento no haberte respondido ayer… Lo que pasa es que tuvimos una rueda de prensa y luego salí a… verme con Taylor. Ya sabes cómo es de extrovertido, padre, el tiempo se me pasó y llegué tarde a casa.
—Hija… me dejas más tranquilo, pensé que algo te pasaba.
—Estoy excelente, no debes preocuparte, padre, por tu salud, por favor… ¿qué sucedió ayer?— intenta mantener la calma, su voz serena y no llorar. la preocupación de su padre es algo que toca su sensible corazon, pero debe ser f