Alice mira detenidamente el sobre que Damián tiene en sus manos y pasa saliva; su curiosidad es inmensa por querer saber lo que dice en ese sobre. —Lea, señor Anderson, y luego me llama. Creo que tiene mucho que pensar. Estaré atenta a su llamada —se coloca de pie y luego a Alice, quien ya no la mira con odio—. Hasta luego, señora Anderson —le guiña el ojo y se marcha. Cooper niega con la cabeza, pues piensa que esa detective está loca.
Al quedar a solas con Damián, no pudo contener más sus ganas de hablar. —No sabía que habías contratado a una detective.
—Tuve que hacerlo. No voy a negar que se me ha hecho difícil hallar al culpable de tu secuestro y eso es algo con lo que no puedo descansar en paz. Es increíble, pero esa persona lo ha hecho tan bien que ha sido difícil descubrirlo, mas no imposible, Alice. Todos los que te han hecho daño lo pagarán.
—Damián —Alice posa su mano derecha en el brazo izquierdo de Damián, dando una leve caricia—. Has tenido que pasar por mucho todo est