Capítulo 26. Un conspirador.
Xavier contuvo su enojo, controlando sus ganas de salir corriendo y buscar al desgraciado de Joel y golpearle el otro ojo para emparejarle la cara, aunque sabía que eso no sería suficiente para el hombre, quizás lo mejor era darle donde más le doliera y no necesitaba pensar mucho para saber que eso era el dinero.
Se acercó más a Tamara porque ella estaba sumida en una pesadilla, su cuerpo sudado y una expresión de sufrimiento en su rostro.
La tomó por los hombros y la sacudió con suavidad.
—Tamara despierta… tienes una pesadilla —levantó su mano y tocó con suavidad una de sus mejillas para hacerla reaccionar.
Ella abrió los ojos adormitada y se sorprendió al ver la imponente presencia de Xavier.
—¿Qué haces en mi habitación? ¿Cómo entraste? No puedes verme —interrogó nerviosa tomando la cobija y cubriendo su cuerpo.
Xavier miró su actitud puritana y un gesto de molestia se dibujó en su rostro.
—¿Crees que no he visto cuerpos femeninos en mi vida? Si es así te equivocas desde que entré