Enamorando a la madre de mi hija. Capítulo 11. ¡Hazla que crea!

Marco no pudo evitar soltar una carcajada al escuchar esa clase de provocación, pero, aun así, no podía dejar de desearla. La deseaba tanto que la idea de no tenerla lo hacía enloquecer. Se apoyó del marco de la puerta, totalmente sorprendido por su reacción, en realidad no se lo esperaba, no podía creer que tuviera la fuerza de voluntad suficiente para alejarse de él.

Se le erizó la piel y su corazón comenzó a latir con más fuerza. Se puso de pie, la miró como si fuera una presa y caminó detrás de ella.

En cuanto Freya vio que él se levantaba y comenzaba a perseguirla, se detuvo y lo miró directamente a los ojos. Sin pensarlo, se deslizó hacia atrás hasta quedarse sentada en el escalón superior, con las piernas abiertas dejando ver su humedad femineidad, que palpitaba deseosa por ser poseída, arqueó su cuerpo un poco hacia atrás, al mismo tiempo que posaba su mirada en él de manera seductora.

Marco se acercó, posó sus manos en el escalón a cada lado del cuerpo de Freya, mientras sus
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