>>> Adalet:
—Shhh… —me susurró Zefor—. Aún no termino, mi Luna. Apenas comienzo.
Mis piernas temblaban sobre la baranda, y mis pezones estaban tan duros que dolían.
"Ah~ carajo… Este maldito Alfa, ¿en serio se atrevería?"
Pensé, mordiendo levemente mi labio inferior, sintiendo cómo mi cuerpo ardía de deseo que no podía contener.
Mis muslos brillaban con la humedad que él mismo había provocado, y mis caderas temblaban, buscando su contacto… Pero ese lobo maldito me dejaba así, al borde del colapso.
Se separó, me observó desde abajo, y me dedicó esa sonrisita arrogante, que me hacía perder el sentido.
Y sin decir más, avanzó hacia mí nuevamente, me tomó por las caderas y me levantó.
—¡AH!~ —gemí, sobresaltada.
Los fuertes brazos de mi macho me agarraron con seguridad. Me alzó como si no pesara nada, y caminó conmigo pegada a su cuerpo.
Mis senos rozaban su pecho, y podía sentir su erección dura como piedra frotándose apenas contra mi vientre, dentro de sus pantalones. El ro