Capítulo 55.
Los tres días que mis padres se quedaron en el territorio del Lobo Blanco pasaron tan rápido que apenas pude procesarlos.
Mamá y papá me bombardearon con conceptos básicos de entrenamiento. Como papá le gruñía al lobo blanco cuando se acercaba, éste optó por mantenerse muy alejado de nosotros.
Me alegré de que, aunque no fuera muy buena, el entrenamiento con el tío Gail no fuera un desperdicio, pues con mi nueva fuerza todo era mucho más sencillo. Incluso pude seguir el riumo de papá durante una carrera por el bosque.
Él se detuvo abruptamente y se transformó en medio de un salto final. Lo imité con una enorme sonrisa.
—Mi pastelito es una superdotada.
Entonces me asfixió a muerte.
Mamá y Zayn llegaron unos segundos después y fue como pude volver a respirar.
Era tan emocionante mi nuevo poder que, por las noches, Zayn me vigilaba como un halcón para que no intentara escaparme a entrenar sola.
Fue la tarde del tercer día, cuando mis padres y el lobo blanco fueron a caz