Víctor caminaba por las calles del barrio de Salamanca, el móvil en la mano y una misión clara en la cabeza. Era el 23 de diciembre de 2024, y quería que la Nochebuena del día siguiente fuera especial, una primera cena inolvidable para él, Darcy y Ariadna.
Las dos estaban de compras —Darcy había insistido en un vestido nuevo para la ocasión—, y él aprovechaba la tarde para encontrar el lugar perfecto, algo hermoso y privado donde pudieran estar los tres.
Había pasado la mañana llamando a restaurantes, pero todos estaban llenos o eran demasiado ruidosos para lo que imaginaba: una noche tranquila, íntima, con una cena exquisita que marcara este nuevo comienzo. Finalmente, un amigo le había dado un dato: un pequeño hotel boutique cerca de Retiro, La Casa del Olivo, conocido por sus cenas privadas en Navidad. Víctor llegó a la fachada de piedra, las luces navideñas colgando en guirnaldas sobre la entrada, y entró, recibido por el calor de una chimenea crepitante y el aroma a canela.
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