— ¿ Qué significa esto? — Margaret colocó el brazo en el marco de la puerta, decidida a no dejarlo poner ni un pie en su casa.
— Apártese señora, hemos recibido un aviso de que usted tiene en su custodia a un niño desaparecido del centro de resguardo de menores.
Margaret se quedó helada.
— N..no, espere —, tartamudeó.
— Hágase a un lado por favor, no queremos vernos obligados a hacer uso de la fuerza, pero nuestras órdenes son claras.
— Espere, todo esto es un malentendido. Yo puedo explicarlo.
— No se moleste. La directora ya lo ha contado todo y en estos instantes está siendo imputada por sus faltas. Nada más que nos escuchó preguntar por el menor, rompió en llanto.
— No puedo dejar que se lo lleven.
— Señora, si a su edad le caen diez años por secuestro, recibirá a la muerte en la oscuridad de una celda húmeda. Mejor hágase a un lado y con suerte el juez valorará su edad y su cooperación para atenuar su sentencia.
Margaret comenzó a temblar. Las lágrimas rodaron por sus arr