— ¿Crees que sea lo correcto?
— Sinceramente, no sé qué creer. Necesitamos corroborar en la medida posible las declaraciones y está es la manera más rápida en la que puedo pensar. No puedo arriesgarme a otro escándalo.
El comisario llamó a la puerta con el extremo de su tonfa. Había entrado en la propiedad a través de la gigantesca verja abierta de par en par.
Nadie contestó al llamado y volvió a tocar una y otra vez. Convencido de que no habría respuesta, empujó la puerta; esperando con todo su ser encontrarla cerrada pero la madera cedió y las bisagras chirriaron mientras se abría despacio.
La casa estaba a oscuras y en completo silencio. Los oficiales avanzaron con cautela mientras voceaban intentando llamar la atención de cualquiera que pudiese esconderse dentro de sus paredes.
— ¡Policía estamos buscando al señor Vázquez, tenemos una orden para su arresto! ¡ Salga de inmediato con las manos en alto!
Pero el silencio volvía a envolverlo todo luego de cada grito.
—Aquí no h