Otro día entrenando, otro día con mi cuerpo sufriendo las consecuencias. Estaba agotada, pero valía la pena. Necesitaba saber todo lo posible de defensa y ataques. Donovan era un excelente instructor, por lo que en poco tiempo logramos avanzar.
Fui entrenada en combate físico con el ser más rápido de todo el submundo. Aprendí a esquivar ataques, concentrarme en mi contrincante y además logré mejorar de forma asombrosamente rápida mi patada.
Esto me serviría para enfrentarme a algunos integrantes del ejercito de Luxu. Tuvimos que cambiar muchos planes cuando nos enteramos que la mayoría solo eran adolescentes perdidos. Adolescentes inocentes de los que Luxu se estaba aprovechando. Casi niños.
Elliot, mejor dicho, Toderick, me había informado todo lo que necesitaba saber sobre nuestros atacantes. Luxu no se andaba con tonterías, estaba buscando a personas sumamente talentosas para reclutar, personas con poderes tan increíbles, que fueron rechazados incluso por sus propios familiares, es