Capítulo 29 – No daría marcha atrás.
UN MES MÁS TARDE
Los primeros días en Galicia habían sido difíciles para todos, en especial para Gianina, quien no solo se tenía que acostumbrar a estar en un país que no era el suyo, sino que, aunque todos la ayudaran, tenía que hacerse cargo de cinco hijos.
Aquella mañana se dirigió a la cocina en busca de una taza de café.
No había dormido prácticamente en toda la noche. Los niños habían estado por demás inquieto y ella no había logrado tranquilizarlos hasta hacía diez minutos.
Sí, podría haber llamado a Adriano y a sus amigas, pero no había querido molestarlos.
Además, necesitaba estar con ellos cuatro a solas, ya que, en las últimas semanas no había podido compartir un buen tiempo con ellos. O, mejor dicho, tiempo de calidad con los cuatro.
Al entrar en la cocina, se sorprendió al encontrar a Adriano allí con la cabeza entre las manos.
—¿Qué sucede? —preguntó ella con la voz ronca por el cansancio.
Adriano se sobresaltó al escucharla y se incorporó.
—Oh, buenos días, Gianina. —S