— Capítulo noventa y seis: Lo más importante que tengo. —
—Cuéntenos exactamente sobre qué fue lo que pasó, Señora Stratos.
La policía interrogaba a Thalia mientras su marido miraba desde el otro lado de la sala con los brazos cruzados y el ceño fruncido reflejando una mente llena de dudas. Él no podía entender quién podía estar reclamando a su mujer o incluso a él mismo después de tanto tiempo en el que ninguno de los dos tenían amores pasados turbios o no, que pudieran estar haciendo algo así de bizarro.
Oía nuevamente como su esposa contaba los hechos de la forma en que los habia vivido y se enfadaba a cada segundo.
De pronto tuvo una idea...
"Y si, ¿se trataba de una jugada maestra de sus nuevos enemigos por el maldito testamento? "
Tal vez ellos solo querían dejar pequeñas migas envenenadas de pan alrededor de una hoguera solo de humo. Praxis tenía bien claro que aquello apestaba a engañosa verdad.
—En dos días, cuando el fiscal procese al chico tendremos que citarlos en comisar