9. La noche en que el griego me reclamó
Capítulo nueve. La noche en que el griego me reclamó
El día había sido un caos. A pesar de todos los intentos de Ariadna por salvar la organización de la gala, las noticias de proveedores cancelando seguían llegando una tras otra. Era evidente que Leonidas estaba moviendo los hilos para hundirla.
Al caer la tarde, Ariadna salió a los jardines para tomar aire. Sentía que el peso del fracaso se le venía encima. No solo era su reputación lo que estaba en juego, sino también su dignidad.
—No debería estar sola —dijo una voz a sus espaldas.
Ella se sobresaltó. Leonidas estaba allí, vestido impecablemente, con esa sonrisa peligrosa que no auguraba nada bueno.
—¿Qué hace aquí? —preguntó con firmeza, aunque el corazón le latía con fuerza.
—Solo vine a ofrecer ayuda —respondió él, fingiendo amabilidad—. Andreas puede ser despiadado, Ariadna. Si se asocia conmigo, puedo asegurarle un futuro brillante.
Ariadna dio un paso atrás.
—No necesito su ayuda.
—Claro que la necesita. —Leonidas acortó la