Capítulo cuarenta y tres. Vas a ser papá
Las palabras en ese momento se habían atascado en la garganta de Lily. Por más que miraba hacia su esposo menos podía parar de llorar y apagar su mutismo. Él por su parte se dedicaba a mirarla embobado, simple y llanamente perdido en la belleza de su esposa a pesar de su clarisimo estado de tristeza. Athos sentía cada vez que la veía que le gustaba más, que no podía parar de enamorarse de ella en cualquier circunstancia y saber que estaba bien era más que suficiente para sentirse hundido en el mar de su pasión. Incluso, en una cama de hospital.
—¿Vas a dejar de llorar en algún momento, mi rubia favorita? —preguntó él sintiendo que tenía quw decir algo que la hiciera sonreír y al tiempo acercarse a besarlo, se moría por sentir la piel de su mujer de nuevo, comprobar que estaba sana y no era producto de un sueño.
—No te imaginas cuanto te quiero, Athos Stratos —masculló ella al mismo tiempo que se sorbía la nariz —. Estoy tan perdida sin ti, At