No… no lo tenía. Roberto tenía contacto físico con varias mujeres y hasta lo había visto besando a otra.
Probablemente, por no poder acostarse de nuevo con Maya, buscó consuelo en otra parte.
Maya era anticuada. Su plan era entregarse definitivamente a Roberto después de graduarse. Decirle que no había pasado nada esa vez. Él incluso había dicho que se casarían entonces, que esperarían a estar juntos otra vez en noche de bodas.
Habían hecho una promesa… y Maya la esperaba con ilusión.
Pero Roberto la traicionó antes.
Trabajar horas extras significaba quemar la energía de la noche, y eso siempre pasaba factura al día siguiente.
Maya vio a Mindy bostezar varias veces y decidió prepararle un café.
Si había algo en lo que tenía plena confianza era en preparar una buena taza de café.
Después de todo, solía preparar café para la persona a cargo del Grupo Golden.
—Maya, tráeme un micrófono nuevo… —Mindy se giró, pero Maya no estaba. Frunció el ceño—. ¿Dónde está Maya?
—¡Aquí, aquí! —Maya lle