Maya apartó la mirada y pensó:
¿Pronto será el aniversario de la muerte de la madre de Alexander?
Eso solo podía significar que él estaría emocionalmente inestable ese día.
Además, Serena quería que fuese a cenar a la casa de los Brook.
¿En qué estaba pensando?
Maya estaría muerta si Alexander se enteraba.
Aunque no soportaba a Roberto, debía admitir que su advertencia había sido útil.
De lo contrario, podría haber hecho algo que provocara a Alexander y lo enfureciera de nuevo.
Dos días después, Serena llamó.
Maya ya sabía de qué se trataba y no pensaba ir. Así que no contestó.
Pero Serena insistió.
Al final, Maya levantó el teléfono y dijo:
—Te dije que no voy a ir.
—¿Maya? ¿Hice algo que te enojó? Lo siento, ¿sí? —suplicó Serena.
Maya, con fastidio, preguntó:
—¿Sabías que la próxima semana es el aniversario de la muerte de la madre de Alexander?
—Bueno… no sabía nada. ¿Quién te dijo eso? —preguntó Serena, sorprendida.
—No necesitas saber cómo lo sé. Si eso es cierto, no iré.
—No te