—Por favor, traiga la comida a mi habitación —pidió Maya.
La criada se retiró y regresó unos minutos después.
Maya no tenía fuerzas para bajar de la cama; estaba extremadamente débil.
Esperaba comida… cualquier cosa.
Pero quedó petrificada cuando vio lo que la criada llevaba en las manos.
—¿Esto es… un cuenco de agua? ¿No dijiste almuerzo?
—Órdenes del señor Brook. Dado que a la señora Anderson le gusta beber, se le servirá agua en cada comida.
Maya no pudo creer la estrategia que Alexander estaba usando con ella.
Sin comida, tal vez podría sobrevivir una semana.
Había pensado que su plan estaba funcionando cuando salió de la bodega…
Pero no. Alexander había encontrado otra manera de torturarla.
—¿Dónde está Alexander? Quiero verlo… —dijo Maya, débil. Hasta su furia sonaba suave.
—El señor Brook está en la oficina del Grupo Golden —respondió la criada antes de retirarse.
Maya se sintió aún más débil, debilitada por el hambre y la frustración.
No quería quedarse allí, bebiendo solo agu