Maya, Roberto y Serena quedaron completamente en shock.
Los invitados murmuraban. Muchos conocían su rostro: el hombre a cargo del Grupo Golden.
Pero incluso los que no lo conocían podían sentir que su presencia era… distinta.
Amenazante.
—¿Alexander? ¿Viniste? —preguntó William, sorprendido.
No había esperado verlo.
—Es tu cumpleaños. Tenía que venir —respondió Alexander con frialdad.
—¡Este es el mejor regalo de cumpleaños del año! —dijo William con entusiasmo.
Alexander permaneció inexpresivo.
Su mirada se deslizó por el salón hasta posarse en Maya.
Ojos filosos como los de un águila.
Ella sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. Su rostro se puso pálido.
No se atrevió a mirarlo de frente.
—Esta es… —William dudó al notar la tensión— …esta es la hija de Serena, Maya. Trabaja en el Grupo Golden. Tal vez no la habías notado antes.
Alexander dio unos pasos hacia ella.
Se elevó sobre su figura, tan imponente que Maya sintió que la estaban asfixiando.
Sus manos se cerraron en