Capítulo 45 —No tengo café
Narrador:
La cena terminó entre frases cortas, sonrisas espontáneas y esa corriente subterránea que ninguno de los dos quiso cortar. Afuera, el aire fresco de la noche los envolvió apenas cruzaron la puerta del restaurante. Caminaron juntos por la vereda, sin prisa, conversando de cosas triviales, como si el mundo entero no se redujera al roce de sus pasos sincronizados. Cuando llegaron frente al hotel, Mateo se detuvo y señaló la entrada con un gesto leve.
—Me estoy quedando aquí. —dijo con naturalidad, las manos en los bolsillos.
Dinorah arqueó una ceja, erguida como siempre.
—Entonces aquí nos separamos. Buenas noches, Duarte.
Se giró para marcharse, pero él alargó la mano y atrapó su muñeca. No con violencia, sino con esa firmeza que no dejaba margen para escapar. Dinorah lo miró, sorprendida, con un brillo indescifrable en los ojos. Mateo sostuvo su mirada, una sonrisa apenas torcida en los labios.
—No tengo café en la habitación. —murmuró, bajando l