Capítulo 46 —Juego Sucio
Narrador:
Dinorah ya no pensaba en nada. El pudor se le había ido con ese brutal orgasmo, y en ese cuarto solo existía él; Emiliano. Ese maldito descarado que con mirarla le había movido el piso como nadie en años. Lo empujó sobre la cama suavemente, sus ojos fijos en los de él mientras sus manos recorrían su pecho, bajaban despacio, y sin más lo despojaban de la camisa. Mateo dejó escapar un gruñido bajo, entre excitado y sorprendido, pero no la detuvo. Ella se arrodilló frente a él, con una seguridad que lo enloqueció. Desabrochó el pantalón con calma tortuosa, como si quisiera hacerlo suplicar. Él la miraba desde arriba, los músculos tensos, conteniéndose.
—Dinorah… —murmuró, ronco, advirtiendo.
—Shhh… —lo calló ella, con una media sonrisa cargada de picardía —Ahora me toca a mí.
Lo liberó del todo y lo envolvió con la boca, sin prisa, con la maestría de una mujer que sabía exactamente lo que estaba haciendo. Cada movimiento era un castigo y un regalo al mi