— Alphas sean bienvenidos a mi humilde morada. — dijo Gastón Leroy como si realmente no hubiera sabido de antemano de que los Alphas estaban allí.
Pero los Alphas no detuvieron su caminar, ni siquiera desperdiciaron una mirada en ese hombre que se levantó con apuro de su lugar, en cambio dirigieron toda su atención hacia el Ana su luna.
— Alana. — Osiel dijo su nombre como quien nombra a un Dios, y su mano se movió hasta tomarla de su luna, la cual llevo a sus labios y dejo un suave beso en el dorso de esta.
— Hola Osiel. — musito la joven con sus mejillas tan rojas como su cabello.
— Hola mi luna. — dijo Otto haciendo una reverencia como si quien perteneciera a la realeza fuera Alana y no ellos.
— Hola Otto. — murmuro y sin poder evitarlo llevo su mano al cabello desprolijo del Alpha de la manada y lo cepillo con sus dedos, algo que hizo sonreír al Alpha al ponerse de pie.
— Me importan tres mierdas los modales. — declaro Edur avanzando hacia Alana. — No sabes cuánto te extrañé mi lu