El camino de regreso a la mansión de los Alphas, fue más que incómodo, el ambiente era tenso, más aún porque Alana se sentó sobre las piernas de Edur, estaba más que claro que la loba lo favorecía, pues él de todos, era el que más se había controlado e incluso se había enfrentado a sus hermanos para defenderla en aquella noche fatídica, aun así, Alana esperaba una lluvia de disculpas o arrepentimientos por parte de sus Alphas, pero fue algo que no sucedió, solo fue luego de llegar a la mansión dónde supo que la luna Lina junto con Lucio, habían partido al reino de las brujas y aunque Lina aún no tenía el permiso de Rita para que se transformara en loba, al menos ya se podían frecuentar como familia sin reserva alguna, ¿se sentía inquieta, al saberse sola en la mansión con los Alphas?, si debía ser honesta, la respuesta era que no, quería creer que sus Alphas no la obligarían a hacer nada que no quisiera y la verdad es que así era.

—Alana. — la llamó Osiel con ese tono de voz cargado d