Claire, que era muy observadora, no tardó en notar la actitud del profesor.
—Lizzy, no tomes a mal lo que voy a decir… pero ¿te diste cuenta de que el profesor no te quitó los ojos de encima en toda la clase?
Elizabeth soltó una carcajada.
—¡Claire! Tú siempre ves cosas que no existen. —Le restó importancia con un gesto—. Fue amable con todos. A pesar de su fama, mostró una gran nobleza y bondad.
La otra hizo una mueca.
—No lo sé. Yo solo digo lo que vi. Y tampoco es nada malo… Eres una chica muy bella, es normal que haya hombres que te miren embobados —añadió, pellizcándole la mejilla con una sonrisa pícara.
Lizzy negó con la cabeza, divertida.
—¡Siempre te superás! Las tonterías que dices me hacen reír.
Terminaron la siguiente clase y luego fueron a la cafetería a distenderse un poco.
—Bien, tenemos varias lecturas para mañana. Tendré que decirle a Chris que hoy no podré verlo… —Claire se tocó la cabeza con resignación.
—Uf… Federico quería que saliéramos a cenar esta noche. Creo que