Capítulo 123 Sin vuelta atrás.
Pablo Mendoza sonreía mientras jugueteaba con su celular. Elizabeth necesitaba su ayuda, y eso era todo lo que necesitaba saber. Ni siquiera le interesaba el porqué.
Lucía, que acababa de llegar a casa, lo observó extrañada. Hacía mucho que no veía a su hermano sonreír así.
¿Pablo sonriendo… así?
No quiso indagar demasiado, ni tentar a la divina providencia que estaba logrando ese milagro momentáneo.
—¿Cómo estás, hermanita? —preguntó con amabilidad, levantándose del sillón, visiblemente feliz—. ¡Pensé que estabas con tu novio por ahí!
Ella negó con la cabeza.
—No… Fui a desayunar con una amiga, y luego iré a la universidad. Pablo… ¿estás bien?
Él la miró divertido.
¡Claro que estaba bien! ¿Cómo no estarlo, si parecía que todo volvía a su cauce? Otra vez estaba presente en la vida de Lizzy y, esta vez, nadie podría sacarlo. Ni siquiera Federico.
—Sí —respondió simplemente—. Debo ir a la empresa y luego tengo otras cosas que hacer. —Le besó la frente—. A partir de ahora creo que esta