Capítulo 10 – Donde duele el silencio
A veces me sorprendo midiendo los días no por las fechas, sino por los estados de ánimo de Ethan.Hoy fue uno de esos días donde el silencio hablaba más que nosotros.La luz entraba débil por la ventana del pequeño departamento y, como siempre, yo ya estaba despierta antes de que el sol apareciera del todo. Me dolía todo el cuerpo. No físicamente, no como un golpe… era un dolor más profundo, como si el alma me pesara desde dentro, desde el vientre.Y no sabía si era por todo lo que nos habíamos dicho… o por todo lo que aún no le había dicho.Ethan dormía a mi lado, desnudo, enredado en las sábanas arrugadas y con el ceño levemente fruncido, como si incluso en sueños estuviera discutiendo con alguien. O consigo mismo.Yo me quedé observándolo por un largo rato. Tenía esa belleza indiscutible, casi cinematográfica: mandíbula marcada, labios gruesos, pestañas largas que contrastaban con su mirada dura cua