Capítulo 33: Y si fuera hoy…

Era casi medianoche cuando Alejandra se despertó con una punzada aguda en el vientre. No fue como las veces anteriores, donde el dolor era apenas un murmullo lejano, una incomodidad pasajera que se podía ignorar. No. Esta vez fue una punzada con todas las letras: directa, profunda y tan real como las contracciones que había leído en mil artículos de maternidad.

Se sentó en la cama con dificultad, una mano en el vientre y la otra tratando de encontrar el borde del colchón. A su lado, Matías dormía con la boca entreabierta, abrazando la almohada como si estuviera soñando que era un oso panda.

—Matías… —susurró primero.

Nada.

—Mati —insistió, un poco más fuerte, moviéndole el brazo—. Despierta. M