Mundo ficciónIniciar sesiónCapítulo 49: Solo nosotros
La puerta del departamento se cerró con un leve clic que pareció sellar más que solo el espacio: sellaba un ciclo. Uno de dolor, miedo, incertidumbre. Afuera, la ciudad seguía viva, ruidosa, vibrante. Pero adentro, todo era silencio.
Un silencio lleno de promesas.
Matías dejó las llaves sobre la mesa con la tranquilidad de quien ya no tiene que correr, ni esconderse, ni luchar. Alejandra, con el bebé dormido entre los brazos, lo observó en la penumbra del pasillo. Se miraron. Y en ese instante, sin una sola palabra, entendieron lo mismo:
Esa era su noche.







