Mundo ficciónIniciar sesiónCapítulo 48: El juicio de los secretos
La sala del tribunal estaba cargada.
No de palabras.
Sino de una tensión densa, invisible, que llenaba cada rincón como una nube a punto de estallar.
Había silencio, sí. Pero no era un silencio vacío. Era expectante. Pesado. Como si todos, incluso los que no sabían nada del caso, intuyeran que lo que estaba por suceder cambiaría el destino de más de una vida.
Rodrigo entró con la seguridad estudiada de quien se ha entrenado para parecer impecable. Traje gris, corbata sobria, peinado perfecto. Esa sonrisa pulida que tantas veces había funcionado con jueces, colegas y desconocidos. Esa expresión que buscaba simpatía, autoridad y dominio, todo al mismo tiempo.







