Capítulo 56. Compromiso social.
Mientras las luces de la ciudad comenzaban a titilar como estrellas fugaces en el horizonte, Catalina y Francesco se sumergieron en el efervescente ambiente de la velada.
El aire vibraba con conversaciones animadas, risas cristalinas y el suave tintineo de las copas alzadas para brindar por un futuro incierto, pero lleno de promesas.
Ser partícipes de un evento tan significativo, el compromiso de un político cuya figura ya se alzaba como un faro de esperanza para muchos, iba más allá de la mera cortesía social.
Para ellos, la invitación era un reconocimiento de su propia valía dentro de los círculos influyentes de la sociedad.
No se trataba de una necesidad de validación externa, sino de la confirmación de un estatus que ya poseían y que les permitía observar el devenir de los acontecimientos con una perspectiva privilegiada.
En medio del bullicio elegante, cada intercambio de palabras, cada mirada cómplice entre ellos, tejía un hilo invisible que los conectaba aún más con el pulso de