Capítulo 51. Apunto de decir la verdad.
Varias horas después de la tensa confrontación en el taller, Vito apareció en la oficina de Francesco con el rostro iluminado por una sonrisa que denotaba satisfacción.
Su actitud relajada y la expresión jovial de su rostro sugerían que la tarea encomendada se había desarrollado sin mayores contratiempos.
La atmósfera en la estancia, que momentos antes había estado cargada de tensión e incertidumbre, pareció aligerarse con la presencia de Vito y su optimismo.
Catalina y Francesco se miraron interrogativamente, esperando las noticias que Vito traía consigo tras hablar con el personal de la joyería.
La sonrisa del hombre presagiaba un desenlace favorable, aunque la naturaleza exacta de los acontecimientos aún permanecía velada.
—Absolutamente ninguno tiene la intención de abandonar la empresa —anunció Vito con evidente satisfacción, ensanchando aún más su sonrisa.
—Era lo que presumía. Sin embargo, debemos mantener una vigilancia constante y extremar la precaución, Vito —advirtió France