Capítulo 52. Una sorpresa que no esperaba.
El aire se cargó de una tensión repentina y cortante.
—Mi tío... —comenzó a decir Catalina con voz vacilante—, es... Tobías Praga...
Se hizo un silencio denso entre ellos.
—Mi tío, mi tío... —repitió, ahora con un matiz de nerviosa expectación, mientras pronunciaba las palabras.
—Tobías Praga... —declaró finalmente, como si liberara algo frágil al espacio.
«Tobías Praga...» resonó casi como un suspiro de sus labios.
Francesco permaneció completamente inmóvil, como petrificado ante aquella impactante noticia. Su mente daba vueltas, luchando por procesar la información trascendental: ¿podría ser cierto? ¿Era Catalina, su amada Catalina, la sobrina de su principal antagonista? ¿Compartían realmente los mismos lazos familiares? ¿Esta mujer que él veneraba y el hombre que detestaba eran realmente parientes? ¿Era concebible que sus venas llevaran la misma sangre?
—¿Francesco? —La voz de Catalina, suavemente preocupada, perforó finalmente el silencio ensordecedor que los envolvía.
Se encogió